Tuesday, May 28, 2013

Sunday Mass Readings for the month of June


The Solemnity of the Most Holy Body and Blood of Christ
Weekend of June 1/2, 2013
From the rich Eucharistic themes to be drawn from today’s second reading, one stewardship theme stands out:  The Eucharist is Christ’s gift to us. Good stewards are grateful for this gift and realize that no matter their station in life, they are welcome to come to the table and receive the body and blood of Christ.  If Jesus could break bread with his betrayer, Judas, his denier, Peter, and the other ten who deserted him, then he will welcome us. Do we truly appreciate what a tremendous gift it is to approach the Lord’s table?  Do we realize that the Holy Spirit means to transform us by the gift of Christ’s body and blood?

Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo
Fin de Semana del 1-2 de Junio de 2013
Al extraer de entre la riqueza de temas Eucarísticos de la segunda lectura de hoy, destaca un tema de
corresponsabilidad: la Eucaristía es el don de Cristo para nosotros. Los corresponsables piadosos están agradecidos por este don y conscientes de que sin importar la etapa de su vida, ellos son bienvenidos al acercarse a la mesa y recibir el cuerpo y la sangre de Cristo. Si Jesús compartió la fracción del pan con Judas, quien lo traicionó, con Pedro, quien lo negó, y con los otros diez quienes lo abandonaron, entonces Él nos acogerá. ¿Nosotros apreciamos verdaderamente el extraordinario don que es el aproximarnos a la mesa del Señor? ¿Estamos conscientes de que el Espíritu Santo nos transforma por el don del cuerpo y la sangre de Cristo?

Tenth Sunday in Ordinary Time
Weekend of June 8/9, 2013
Saint Paul begins today’s second reading by stating that he was “called” to proclaim the Gospel of Jesus Christ.  As baptized Catholics who have an opportunity to share in Christ’s life through the Eucharist regularly, we too are called to proclaim the teachings of Christ. We are stewards of Christ’s Gospel.  But how are we responding to that call?  Do we listen for the guidance of the Holy Spirit?  Do we evade, dodge or ignore the Lord’s call?  Do we attempt to proclaim the Gospel in a spirit of compassion and love?  Reflect on how you exercise stewardship over the Gospel.

Décimo Domingo del Tiempo Ordinario
Fin de Semana del 8-9 de Junio de 2013
San Pablo inicia la segunda lectura de hoy declarando que él fue “llamado” para proclamar el Evangelio de Jesucristo. Como católicos bautizados, que tenemos la oportunidad de compartir la vida de Cristo a través de la Eucaristía, regularmente, nosotros somos también llamados a proclamar las enseñanzas de Cristo. Nosotros somos corresponsables del Evangelio de Cristo. Pero, ¿cómo estamos respondiendo nosotros a este llamado? ¿Escuchamos nosotros la guía del Espíritu Santo? ¿Nosotros evadimos, esquivamos o ignoramos el llamado del Señor? ¿Intentamos nosotros proclamar el Evangelio en un espíritu de compasión y amor? ¿Reflexionamos nosotros sobre cómo ejercitamos la corresponsabilidad acerca del Evangelio.

Eleventh Sunday in Ordinary Time
Weekend of June 15/16, 2013
In today’s Gospel we encounter the Pharisee who is rather inhospitable to Jesus.  He doesn’t seek Jesus’ friendship.  And yet the unknown woman who appears is quite eager to be where Jesus is and to show him her tremendous gratitude.  She does some extraordinary things: She gets down by Jesus’ feet, and, weeping, she wets his feet with her tears and wipes them with her hair!  She even kisses his feet and anoints them with some perfumed oil.  The woman lavishes her love and appreciation for Jesus.  Christian stewards show their love for Jesus in tangible ways every day.  Others don’t really seek his friendship.  Who are we more apt to be like in this Gospel story, the Pharisee or the grateful woman?

Décimo Primer Domingo del Tiempo Ordinario
Fin de Semana del 15-16 de Junio de 2013
En el Evangelio de hoy nosotros encontramos al fariseo que es además inhospitalario con Jesús. Él no busca la Amistad de Jesús. Y sin embargo, la mujer desconocida que aparece está ansiosa por estar donde está Jesús y por mostrarle su enorme gratitud. Ella hace algunas cosas extraordinarias: ¡ella se inclina a los pies de Jesús, y llorando humedece sus Un Mom ento de Co rresponsabilidad Algunos pensamientos sobre corresponsabilidad en las lecturas del domingo pies con sus lágrimas y los seca con su cabello! Besa sus pies y los unge con aceite perfumado. La mujer esparce generosamente su amor y apreciación por Jesús. Los cristianos corresponsables muestran su amor por Jesús cada día en maneras tangibles. Otros no buscan verdaderamentesu amistad. ¿A quién nos asemejamos nosotros en la historia  de este Evangelio, al fariseo o a la mujer agradecida?

Twelfth Sunday in Ordinary Time
Weekend of June 22/23, 2013
In today’s Gospel Jesus tells his disciples that if they wish to follow him they must deny themselves and take up his cross daily.  In Jesus’ time, the cross was not something nice or cool that one could hang on the wall or around one’s neck.  It was an instrument of torture and execution.  His point: We are to lay down our lives and let him take control.  Good stewards hand over their lives to Jesus no matter the cost.  They realize that all they take with them into the next life is their relationship with Christ Jesus.  What are we pursuing?  A life that tries to bring fulfillment to ourselves or a life that brings us closer to Jesus?

Décimo Segundo Domingo del Tiempo Ordinario
Fin de Semana del 23-24 de Junio de 2013
En el Evangelio de hoy, Jesús dice a sus discípulos que si ellos desean seguirle, deben negarse a sí mismos y cargar diariamente su cruz. En tiempos de Jesús la cruz no era algo agradable o bello que pudiera colgarse sobre una pared o en el cuello de alguien. Era un instrumento de tortura y ejecución. Su punto: nosotros debemos poner de lado nuestras vidas y dejarle a él tomar el control. Los corresponsables piadosos entregan sus vidas a Jesús sin importar el costo. Ellos están conscientes de que todo lo que llevan con ellos a la próxima vida es su relación con Cristo Jesús. ¿Qué es lo que nosotros perseguimos? ¿Una vida que trata de traer plenitud para nosotros mismos? O, ¿una vida que nos lleva más cerca de Jesús?

Thirteenth Sunday in Ordinary Time
Weekend of June 29/30, 2013
Today’s Gospel reveals to us the beginning of Jesus’ journey to Jerusalem.  We will journey with Jesus for many Sundays to come, and along the way he will teach us about the demands of discipleship.  His instructions may seem harsh and unreasonable to our ears.  His response to legitimate requests to postpone the journey reminds us that there are always justifiable excuses to defer the journey or put off the responsibilities of discipleship.  Other important matters compete for our attention. Some of us must make heart-wrenching choices, but there is urgency about Jesus’ mission to bring forth God’s kingdom.  His demand is that we proclaim the Kingdom of God now.  Is this our first priority, or do we have other priorities?

Décimo Tercer Domingo del Tiempo Ordinario
Fin de Semana del 29-30 de Junio de 2013
El Evangelio de hoy nos revela el inicio del viaje de Jesús a Jerusalén. Nosotros viajaremos con Jesús durante muchos domingos por venir, y a lo largo del camino él nos enseñará acerca de las demandas del discipulado. Sus instrucciones pueden parecer severas o irracionales a nuestros oídos. Su respuesta a las legítimas peticiones de posponer la jornada nos recuerda que siempre hay excusas justificables para postergar la jornada o aplazar las responsabilidades del discipulado. Otros asuntos importantes requieren de nuestra atención. Alguno de nosotros deberá hacer elecciones que “estrujen” el corazón, pero hay una urgencia sobre la mission de Jesús de continuar el reino de Dios. Su demanda es que nosotros proclamemos el Reino de Dios ahora. ¿Es ésta nuestra primera prioridad? O, ¿tenemos otras prioridades?

Reference: International Catholic Stewardship Council, June 2013 

Thursday, May 16, 2013

Sunday Mass Readings for the month of May


Sixth Sunday of Easter Weekend of May 4/5, 2013
In today’s Gospel we listen to some of the last words Jesus spoke on the night before his death, but they are words that prepared his disciples for his physical departure from them forty days after his resurrection. Jesus speaks of coming back with his Father so that they can make their home in the dis­ciples who love them. Our notion of the Triune God is one who is prepared to come and live within each of us. But God waits patiently to be invited into our hearts; our inner space. God is neither demanding nor intrusive. Do we welcome the presence of Father, Son and Holy Spirit in our hearts? How so?

Sexto Domingo de Pascua
Fin de Semana de Mayo 4/5
En el Evangelio de hoy nosotros escuchamos algunas de las últimas palabras que Jesús pronunció la noche anterior a su muerte, sin embargo estas son palabras que prepararon a sus discípulos para su partida física cuarenta días después de su resurrección. Jesús habla de regresar con su Padre para así poder hacer su morada dentro de aquellos discípulos que les amen. Nuestra noción de Dios Trino y Uno es de aquel quien está preparado para venir y vivir dentro de cada uno de nosotros. Sin embargo, Dios espera pacientemente a ser invitado dentro de nuestros corazones; a nuestro espacio interior, Dios no es demandante ni intrusivo. ¿Acogemos nosotros la presencia del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo en nuestros corazones? ¿De qué manera lo hacemos?

Seventh Sunday of Easter Weekend of May 11/12, 2013
(For those dioceses that celebrate the Seventh Sunday of Easter on the weekend of May 11/12, 2013)
In today’s first reading we hear the story of Saint Stephen, proclaiming God’s word in the “public square” and suffer­ing martyrdom by being stoned to death. At the scene were those who supported Stephen, those who became jealous and angry, and those who simply stood by and did nothing. Sometimes it seems like those who exercise good steward­ship of the Gospel embark on a terribly lonely journey, with a destination that looks rather ominous. It certainly was for Stephen. But he lived and died with an incredible faith. Do we persecute those who proclaim God’s word? Watch from the sidelines? Or become witnesses who take up the danger­ous life of the Gospel? What do we choose?

Séptimo Domingo de Pascua
Fin de Semana de Mayo 11/ 12 de 2013
(Para aquellas diócesis que celebran el Séptimo Domingo de Pascua el fin de semana del 11/12 de mayo de 2013).
En la primera lectura de hoy escuchamos la historia de San Esteban, proclamando la palabra de Dios en la “plaza pública” y sufriendo el martirio, siendo apedreado hasta la muerte. En la escena se encontraban quienes apoyaban a Esteban, quienes estaban celosos y furiosos, y quienes simplemente estaban de pie y no hicieron nada. Algunas veces parece que aquellos que ejercitan la piadosa corresponsabilidad del Evangelio se em­barcan en una terrible jornada de soledad, con un destino que parece siniestro. Ciertamente fue de esta manera para Esteban. Sin embargo él vivió y murió con una fe increíble. ¿Nosotros perseguimos a aquellos que proclaman la palabra de Dios? ¿Vemos desde la barrera? O ¿somos testigos que tomamos la peligrosa vida del Evangelio? ¿Cuál es nuestra elección?

Solemnity of the Ascension of the Lord Weekend of May 11/12, 2013
(For those dioceses that celebrate Ascension Sunday on the weekend of May 11/12, 2013)
Today we celebrate the feast of the Ascension of our Lord, a feast which, in part, celebrates the confidence he placed in his close followers to continue his ministry. In the Gospel reading Jesus reminds his followers of the purpose of his mis­sion, and commissions them to continue his work by pro­claiming his word and by living courageously that which they preached. He also promises them the Holy Spirit who he said would strengthen them for the task ahead. As stewards of Je­sus’ life and ministry, a good question for us to reflect on this week might be this: Has Christ’s confidence in the quality of our own witness been well placed?

Solemnidad de la Ascensión del Señor
Fin de Semana de Mayo 11/12 de 2013
(Para aquellas diócesis que celebran el Domingo de la Ascensión del Señor el fin de semana de mayo 11/12 de 2013).
Nosotros celebramos hoy la fiesta de la Ascensión de nuestro Señor, la cual, en parte, celebra la confianza que Él depositó en sus seguidores más cercanos para que continuaran su ministe­rio. En la lectura del Evangelio, Jesús recuerda a sus seguidores el propósito de su misión, y los comisiona para continuar su trabajo mediante la proclamación de su palabra y viviendo valientemente lo que ellos predican. Él les promete también al Espíritu Santo, el cual, les dice, les fortalecerá para la tarea que tienen delante de ellos. Como corresponsables de la vida y el ministerio de Jesús, una buena pregunta para reflexionar esta semana sería la siguiente: ¿la confianza de Cristo en la calidad de nuestro propio testimonio, ha sido bien asignada?

May 19, 2013 Pentecost Sunday
In today’s first reading we encounter the Holy Spirit who at Pentecost came rushing in over Jesus’ followers like a power­ful wind. It must have been a frightening experience for them. But their great acts of prophetic witness began when the Spir­it drew them out of their “comfort zones.” Jesus said the Holy Spirit, like the wind, blows where it wills; into the lives of good stewards, empowering them to perform wondrous acts of healing, reconciliation and evangelization; encouraging them to proclaim the Gospel with boldness and confidence. All of that is a little beyond the comfort zone where most of us live our lives. This week, reflect on how the Holy Spirit may be calling you out of your personal comfort zone.

Mayo 19 de 2013 Domingo de Pentecostés
En la primera lectura de hoy nosotros encontramos al Espíritu Santo, quien, en Pentecostés, descendió sobre los seguidores de Jesús como un viento poderoso. Esta debe haber sido una experiencia atemorizante para ellos. Sin embargo sus grandes actos de testimonio profético iniciaron cuando el Espíritu les atrajo fuera de su “zona de confort.” Jesús dijo que el Espíritu Santo, como el viento, soplaría donde fuera su voluntad; en las vidas de los corresponsables piadosos, empoderándoles para lograr maravillosos actos de sanación, reconciliación y evange­lización; alentándoles para proclamar el Evangelio con audacia y confianza. Todo esto está un poco más allá de la zona de confort en la que la mayoría de nosotros vivimos nuestras vidas. Esta semana, reflexione acerca de cómo el Espíritu Santo puede estarle llamando a salir de su zona de confort personal.

The Solemnity of the Most Holy Trinity Weekend of May 25/26, 2013
In today’s Gospel, Jesus talks about life with his Father and the Spirit. He tells his disciples that what belongs to the Father belongs to him, and that the Spirit will take from what is his and give it to them. Jesus helps us understand that the relationship between Father, Son and Spirit is one of perfect sharing and loving generosity. This shared life is the foundation for what we now understand as part of living life in the Trinity. The abundant generosity of those who are good stewards of the gifts entrusted to them give us a glimpse into the love of the Triune God. Does the extent of our generosity give others a glimpse of God’s life within us?

Solemnidad de la Santísima Trinidad
Fin de Semana de Mayo 25/26 de 2013
En el Evangelio de hoy Jesús habla acerca de la vida con su Padre y con el Espíritu Santo. Él dice a sus discípulos que lo que pertenece a su Padre le pertenece a Él, y que el Espíritu tomará de lo que es suyo y se lo dará a ellos. Jesús nos ayuda a comprender que la relación entre el Padre, el Hijo y el Espíritu es una relación perfecta de generosidad compartida y amorosa. Esta vida compartida es el fundamento de lo que nosotros entendemos ahora como parte de vivir la vida en la Trinidad. La abundante generosidad de aquellos que son piadosos corresponsables de los dones a ellos confiados nos da un indicio del amor del Dios Trino y Uno. ¿El grado de nuestra generosidad da a otros una señal de la vida de Dios dentro de nosotros?


Reference source:  International Catholic Stewardship Council newsletter, May 2013







Sunday, May 5, 2013

May, the Month of Mary

May is the month of the Blessed Virgin Mary, and an opportunity to renew our own devotion to the Mother of God by praying the Rosary.
The following true story is a beautiful inspiration for reaching for our rosaries.

The Story Of Mother Teresa's Rosary
(Excerpt from Rediscover Catholicism by Matthew Kelly)
Jim Castle was tired when he boarded his plane in Cincinnati, Ohio, that night in 1981.  The 45-year-old management consultant had put on a week-long series of business meetings and seminars, and now he sank gratefully into his seat ready for the flight home to Kansas City, Kansas.
As more passengers entered, the place hummed with conversation, mixed with the sound of bags being stowed.  Then, suddenly, people fell silent.  The quiet moved slowly up the aisle like an invisible wake behind a boat.  Jim craned his head to see what was happening, and his mouth dropped open.
Walking up the aisle were two nuns clad in simple white habits bordered in blue.  He recognized the familiar face of one at once, the wrinkled skin, and the eyes warmly intent.  This was a face he’d seen in newscasts and on the cover of TIME.  The two nuns halted, and Jim realized that his seat companion was going to be Mother Teresa!
As the last few passengers settled in, Mother Teresa and her companion pulled out rosaries.  Each decade of the beads was a different color, Jim noticed.  The decades represented various areas of the world, Mother Teresa told him later, and added, “I pray for the poor and dying on each continent.”
The airplane taxied to the runway, and the two women began to pray, their voices a low murmur.  Though Jim considered himself not a very religious Catholic who went to church mostly out of habit, inexplicably he found himself joining in.  By the time they murmured the final prayer, the plane had reached cruising altitude.
Mother Teresa turned toward him.  For the first time in his life, Jim understood what people meant when they spoke of a person possessing an “aura”.  As she gazed at him, a sense of peace filled him; he could no more see it than he could see the wind, but he felt it, just as surely as he felt a warm summer breeze.  
“Young man,” she inquired, “Do you say the rosary often?”
“No, not really,” he admitted.
She took his hand, while her eyes probed his.
Then she smiled, “Well, you will now.”
And she dropped her rosary into his palm.