Wednesday, June 2, 2010

June Parish Bulletin Announcements

June 6, 2010
Most Holy Body and Blood of Christ
". . . He said the blessing over them, broke them,
and gave them to the disciples to give to the crowd." Luke 9:11b - 17
None of the Gospels tell the exact details of how four or five thousand men, plus women and children, are fed with a few loaves and fish. The Church teaches us that the miracle of the multiplication of loaves and fishes was a prefiguration of the Body and Blood of Jesus. But let us consider another miracle, just as great. Jesus knew the Semitic ethic that required people to share with others. He knew people carried food and wine under their garments, but refrained from taking it out for fear others had brought their own. Note that Jesus blessed the loaves and fish and gave them away. He did not keep any for himself. Did people see his generous act and decide to share what they had with one another? In the context of God‟s gifts to us of reason and free will - the ability to choose to be generous or not to be generous, what is the greater miracle: multiplication of loaves and fish, or multiplication of generous hearts? Which makes us a greater witness to the Real Presence of the Body and Blood of Jesus in the Eucharist?

June 13, 2010
Eleventh Sunday of Ordinary Time
"The one, I suppose, whose larger debt is forgiven" Luke 7:36-8:3
Kenny Rogers sings a Country Western Song, "Oh Lord it is hard to be humble when you are perfect in every way." Could it be our theme song? Is the fact that we might be mistaken or wrong pretty far down on our list of possibilities? And we are proud of that? The ability to admit that we are in error or done evil does not come easy. For many people, the three most difficult words are not "I love you," but "I am wrong" and "I am sorry." And there is the always difficult "I forgive you!" Contrary to the song by Kenny Rogers, true humility is the willingness to say, "I am wrong!" and "I am sorry!" when necessary. And sometimes the best way we can give is to forgive. And the more we feel we have to forgive, the more we need to give. God gave us all that we have and are. Have we used all that God gave us as he intended? If not, have we said I am wrong and I am sorry? Our God is an awesome God. He wants to say, I forgive you! in the Sacrament of Reconciliation. When was the last time we took advantage of that blessed Sacrament? Well, that‟s too long!

June 20, 2010
Twelfth Sunday in Ordinary Time
"But who do you say that I am?" Luke 9:18-24
Jesus asks his disciples, "Who do the crowds say that I am?" They respond with several names or possibilities. Then Jesus asks, "But who do you say that I am?" Now the question is personal. To answer they must reveal what is in their heart and head. Their answer will tell Jesus how they feel about him. Peter says: "You are the Christ of God." That took great faith and courage. The implications were enormous; Jesus waste no time in bluntly telling them that the "Christ of God" was going to suffer; be rejected by the authorities; killed and rise on the third day." Jesus leaves nothing to the imagination. Then he adds what his closest friends were most afraid to hear: "If anyone wishes to come after me, he must deny himself, take up his cross daily and follow me." We may be relieved that we were not present with Jesus two thousand years ago. But Jesus is present with us today - in the Eucharist; in his Church. He asks each of us, "Who do you say that I am?" How do we answer him? Are we willing to accept the consequences?

June 27, 2010
Thirteenth Sunday in Ordinary Time
"No one who sets a hand to the plow and looks to what was left behind is fit for the kingdom of God." Luke 9:51-62
When Elijah calls to Elisha, he hesitated, "Let me kiss my father and mother goodbye." Elijah does not prevent him. Then Elisha kills the team of oxen he was driving, uses the wood of the plow to build a fire to burn their flesh and distributes it to the people and follows Elijah. He detaches himself from everything he previously depended on. Paul tells us, "For freedom Christ set us free." Christ teaches us to be free from attachment to things of this world. This freedom is not for selfish pursuits, but "to serve one another in love." Jesus calls us to follow him, but we sometimes hesitate. If we start to follow Jesus but let other attachments distract us, we will never be free to discern God‟s will for us and respond in freedom to God for all that he has given to us. What are the attachments in our life that keep us from the true freedom that allows us to follow Christ, without hesitation? Make a list. Use the back of the page and more sheets, if necessary.


Junio 6, 2010
El Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo
“…El los bendijo y los partió, y los dio a los discípulos
para darlos a la gente.” Lucas 9:11b-17
Ninguno de los Evangelios nos dice los detalles exactos de
cómo cuatro o cinco mil hombres más mujeres y niños, son
alimentados con un poco de pan y pescado. La Iglesia nos
enseña que el milagro de la multiplicación de los panes y
pescados fue una prefiguración del Cuerpo y la Sangre de
Jesús. Pero consideremos otro milagro, tan grande como
este. Jesús conocía la ética Semítica que requirió a la gente
compartir con otros. El sabía que la gente llevaba comida y
vino bajo sus ropas, pero se abstenía de sacarla por temor a
que otros hubieran traído su propia comida. Note que Jesús
bendijo los panes y los pescados y los repartió. Él no
guardó ninguno para si mismo. ¿La gente vio su acto
generoso y decidió compartir lo que ellos tenían unos con
otros? En el contexto de los dones de Dios para nosotros
de razón y libre voluntad – la habilidad de elegir ser o no
ser generosos, ¿qué milagro es más grande? ¿La
multiplicación de panes y pescados? O ¿la multiplicación
de corazones generosos? ¿Qué nos hace mayores testigos
de la Presencia Real del Cuerpo y Sangre de Jesús en la
Eucaristía?

Junio 13, 2010
Décimo Primer Domingo del Tiempo Ordinario
“Pienso que aquel a quien perdonó más”
Lucas 7:36-8:3
Kenny Rogers canta una canción Country Western , “Oh
Señor es difícil ser humilde cuando tu eres perfecto en
todas formas.” ¿Podría ser esta nuestra canción? ¿Es un
hecho que nosotros quizás estamos equivocados, alejados
de nuestra lista de posibilidades? ¿Y estamos orgullosos de
ello? La habilidad de admitir que estamos en un error o
hemos hecho mal no viene fácil. Para mucha gente, las tres
palabras más difíciles no son “yo te amo”, sino, “yo estoy
equivocado” y “yo lo siento.” Y siempre hay dificultad
para decir “yo te perdono” contrario a la canción de Kenny
Rogers, la verdadera humildad es la disposición para decir
“yo estoy equivocado” y “yo lo siento” cuando es
necesario. Y algunas veces la mejor manera en la que
podemos dar es perdonar. Y cuando sentimos que tenemos
más que perdonar, más necesitamos dar. Dios nos dio todo
lo que tenemos y somos. ¿Hemos usado todo lo que Dios
nos dio como él lo planeó? Si no, ¿hemos dicho, estoy
equivocado, y, lo siento? Nuestro Dios es un Dios
maravilloso. Él quiere decir, ¡yo te perdono! En el
Sacramento de la Reconciliación. ¿Cuándo fue la última
vez que tomamos ventaja de este bendito Sacramento?
¡Bueno, es demasiado tiempo!

Junio 20, 2010
Décimo Segundo Domingo del Tiempo Ordinario
“¿Y vosotros quién decís que soy?” Lucas 9:18-24
Jesús pregunta a sus discípulos, “¿Quién dice la gente que
soy yo?” Ellos responden con varios nombres o
posibilidades. Entonces Jesús pregunta, “¿Y vosotros
quién decís que soy yo?” Ahora la pregunta es personal.
Para contestar ellos deben revelar lo que hay en su corazón
y en su cabeza. Su respuesta dirá a Jesús lo que sienten
acerca de él. Pedro dice: “Tú eres el Cristo de Dios.” Ello
requirió gran fe y valor. Las implicaciones fueron
enormes; Jesús les pide que a nadie digan esto y les dice
que “el Cristo de Dios” sufrirá; que será rechazado por las
autoridades; muerto y resucitado al tercer día. Jesús no
deja nada a la imaginación. Entonces agrega lo que sus
amigos más cercanos temían escuchar: “Si alguno quiere
venir en pos de mí, niéguese a si mismo, tome su cruz cada
día y sígame.” Nosotros quizás sintamos alivio de que no
estuvimos presentes con Jesús hace dos mil años. Pero
Jesús está presente con nosotros hoy – en la Eucaristía, en
su Iglesia. Él nos pregunta a cada uno, “¿Quién dices que
soy?” ¿Cómo le respondemos? ¿Estamos dispuestos a
aceptar las consecuencias?

Junio 27, 2010
Décimo Tercer Domingo del Tiempo Ordinario
“Ninguno que poniendo su mano en el arado mira
hacia atrás, es apto para el reino de Dios.”
Lucas 9:51-62
Cuando Elías llamó a Eliseo, él dudó, “Te ruego que me
dejes besar a mi padre y a mi madre, y luego te seguiré.”
Elías no lo detuvo. Eliseo volvió y tomo un par de bueyes
y los mató, y con el arado de los bueyes coció la carne, y la
dio al pueblo para que comiesen. Después se levantó y fue
tras Elías y lo sirvió. Él se separó de todo lo que dependía
anteriormente. San Pablo nos dice, “Por la libertad, Cristo
nos libera.” Cristo nos enseña a ser libres de afecto a cosas
de este mundo. Esta libertad no es por seguimiento egoísta,
sino para “servir unos a otros en amor.”
Jesús nos llama a seguirle, pero nosotros dudamos a veces.
Si empezamos a seguir a Jesús pero otros afectos nos
distraen, nunca seremos libres de discernir la voluntad de
Dios para nosotros y de responder en libertad a Dios por
todo lo que nos ha dado. ¿Cuáles son los afectos en nuestra
vida que nos detienen de la verdadera libertad que nos
permite seguir a Cristo sin lugar a dudas? ¡Haga una lista!
Use el otro lado de la hoja y más hojas si es necesario.


Source: ICSC Newsletter:
Deacon Jerry Martinez of the Archdiocese of New Orleans

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