Thursday, August 1, 2013

Stewardship In The Sunday Readings, August 2013

Eighteenth Sunday in Ordinary Time, Weekend of August 3/4
In today’s gospel, Jesus offers a warning to those who pursue leisure and pleasure as their goal in life without concern for the poor and less fortunate.  He tells the parable of the wealthy landowner who, upon yielding an exceptionally profitable harvest one year, determines that he will live the rest of his days in relaxation; to eat, drink and be merry.  God calls the miser a “fool” and lets him know that his greed and self-indulgence will not bring him the security he seeks.
 Good stewards acknowledge that the money and possessions entrusted to them are to be used to further the mission of Jesus Christ.  This week let us reflect on our own daily consumption habits. Do we spend money on articles that make us better ambassadors of Christ?  Does our personal lifestyle bring “good news to the poor?” (Luke 4:18)
 
Décimo Octavo Domingo del Tiempo Ordinario Fin de Semana del 3-4 de Agosto de 2013
En el Evangelio de hoy, Jesús ofrece una advertencia a aquellos que persiguen la diversión y el placer como su meta en la vida sin preocuparse por los pobres y menos afortunados.  Él narra la parábola del rico terrateniente quien, después del rendimiento de una cosecha excepcionalmente rentable un año, decide que vivirá el resto de sus días en descanso; para comer, beber y estar alegre. Dios llama al avaro un “tonto” y le deja saber que su codicia y auto-indulgencia no le traerá la seguridad que busca.
 Los buenos corresponsables reconocen que el dinero y las posesiones a ellos confiadas son para ser usadas para continuar la misión de Jesucristo. Reflexionemos esta semana acerca de nuestros hábitos de consumo diario. ¿Gastamos nosotros el dinero en artículos que nos hacen mejores embajadores de Cristo? ¿Nuestro estilo personal de vida lleva “las buenas nuevas al pobre”? (Lucas 4:18). 
 
Nineteenth Sunday in Ordinary Time, Weekend of August 10/11
In today’s Gospel reading, Jesus concludes his teaching about those who are “faithful and prudent stewards” with that classic stewardship teaching: “Much will be required of the person entrusted with much, and still more will be demanded of the person entrusted with more.”  Christian stewards recognize that God is the ultimate source of their gifts, talents, resources and aptitudes, and that God wants them to use these varied gifts in his service.  This week might be a good time to reflect on our God-given gifts.  Are we using those gifts to serve the Lord?  If Christ came back to us unexpectedly tomorrow, would we be able to give a full accounting of how we have exercised stewardship over these gifts?
 
Décimo Noveno Domingo del Tiempo Ordinario Fin de Semana del 10-11 de Agosto de 2013
En la lectura del Evangelio de hoy, Jesús concluye su enseñanza acerca de aquellos que son “corresponsables fieles y prudentes,” con la clásica enseñanza de corresponsabilidad: “Mucho se le pedirá a la persona a quien le fue confiado mucho, y todavía más será demandado de la persona a quien le fue confiado más.” Los corresponsables cristianos reconocen que Dios es la última fuente de todos sus dones, talentos, recursos y aptitudes, y que Dios quiere que usen estos variados dones para Su servicio. Esta semana sería un buen tiempo para reflexionar acerca de nuestros dones dados por Dios. ¿Estamos nosotros usando estos dones para servicio del Señor? Si Cristo regresa a nosotros mañana, inesperadamente, ¿seremos capaces de dar cuentas cabales de cómo hemos ejercitado la corresponsabilidad sobre esos dones?
 
Twentieth Sunday in Ordinary Time, Weekend of August 17/18
In today’s second reading, we hear the author of the letter to the Hebrews liken the daily life of the Christian steward to a race, a long-distance race perhaps, certainly not a sprint; requiring endurance and a single-minded focus on Jesus at the finish line.  Good stewards are firmly committed to running the race, to live the Christian life to the fullest, to keep their eyes focused on Jesus.  They don’t grow weary. They don’t lose heart.  They know there is immense joy waiting for them at the finish line.  Are you fully committed to living each day for Christ?  Are you running the race, or are you simply jogging?  Just walking?  Sitting?  Going backwards?  Going nowhere?  Some of us may want to reflect on what we can do to run the race with even more conviction.  Others may want to reflect on how to simply enter the race and start running.
 
Vigésimo Domingo del Tiempo Ordinario Fin de Semana del 17-18 de Agosto de 2013
En la segunda lectura de hoy, escuchamos al autor de la carta a los Hebreos comparar la vida diaria del corresponsable cristiano a una carrera, tal vez una carrera de larga distancia, ciertamente no de velocidad; que requiere resolución y decisión enfocadas en Jesús al final de la línea. Los buenos corresponsables están comprometidos firmemente a correr la carrera, a vivir la vida cristiana plenamente, a mantener sus ojos enfocados en Jesús. Ellos no se cansan. Ellos no se desaniman. Ellos saben que hay un gozo inmenso esperándolos en la línea final. ¿Está usted comprometido plenamente a vivir cada día por Cristo? ¿Está usted corriendo la carrera o está simplemente trotando? ¿O solamente camina? ¿Está usted sentado? ¿Camina usted hacia atrás? ¿Va hacia ningún lado? Algunos de nosotros quizás deseemos reflexionar sobre qué podemos hacer para correr la carrera aún con más convicción. Otros tal vez quieran reflexionar simplemente sobre cómo entrar en la carrera y comenzar a correr.
 
Twenty-first Sunday in Ordinary Time, August 24/25
The Gospel reading today starts with a question: “Lord, will only a few people be saved?” Jesus offers only a simple reply: Strive to enter through the narrow gate. Many will try to enter and will not be able. Good stewards know there is only one, narrow gate. Not everything will fit. This narrow gate has no room for our accomplishments. No room for our money. No room for our possessions. No room for anything else but those who’ve been good stewards of the Gospel. We can’t custom build our own gates either. There is only one, narrow gate that happens to be open for a time, but for how long? What is our plan of action to get through that gate?
 
Vigésimo Primer Domingo del Tiempo Ordinario Fin de Semana del 24-25 de Agosto de 2013
La lectura del Evangelio de hoy comienza con una pregunta: Señor, ¿sólo unos cuantos serán salvados?” Jesús da una simple respuesta: intenten entrar por una estrecha puerta. No todo entrará por ella. Esta estrecha puerta no tiene espacio para nuestros logros. Tampoco para nuestro dinero. Ni para nuestras posesiones. No tiene espacio para nada más que para aquellos que han sido buenos corresponsables del Evangelio. Tampoco podemos construir nuestra propia puerta personalizada. Solamente hay una estrecha puerta que estará abierta por un tiempo determinado, pero ¿por cuánto tiempo? ¿Cuál es nuestro plan de acción para entrar por esa puerta?
 
August 2013 newsletter, International Catholic Stewardship Council

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